domingo, 22 de noviembre de 2015

España nos roba

No, no y no. Con esta palabra, y esta temática tan actual, me estreno en esto de los blogs.
Posiblemente esto no lo vaya a leer prácticamente nadie, pero venía sintiendo la necesidad de contar algo al respecto del tan manido tema, que no he escuchado en todo este tiempo (y es mucho) en los medios de comunicación, periódicos o tertulias. Y yo desde mi humilde ignorancia, he venido a llenar ese vacío.

España nos roba. Pues no. Me aburre escuchar esto, pero además me molesta porque es una mentira descomunal, y es triste, y patético, que el factor determinante en el apego o desapego a un país se tenga que medir en función del dinero. Me sueltas la panoja, soy español, que no me la sueltas, ya no quiero serlo. Todo ello como digo fundamentado en una gran mentira. 
Volviendo al quid de la cuestión. Yo no entiendo de balanzas fiscales, de eso ya han hablado otros, tampoco entiendo de intercambios comerciales, y de eso también han hablado otros. Entiendo de mi día a día, y del lugar donde trabajo, esto es, una fabrica en una región situada en tierras lejanas, que pertenece a una empresa que no es española (para los de las tierras lejanas esto debe ser lo equivalente a la periferia del sistema solar...), y cuyo domicilio fiscal en nuestro país, oh maravilla y casualidades de la vida, esta en Barcelona. Todos los días, yo, y otros casi 1000 trabajadores de esta pequeña región, colaboramos con nuestro esfuerzo y nuestro trabajo a que esta empresa gane dinero. Si, por dicho trabajo la empresa nos paga un sueldo, y con dicho trabajo, además, la empresa paga aquí unos impuestos, medioambientales, catastrales, o del tipo que sea, pero lo que aquí nos interesa es que tributa por sus ingresos en Cataluña. Podría haber elegido tributar aquí, y que un dinero nada despreciable se quedase en esta región, pero no, decidió que ese dinero fuera a Cataluña, como podía haber decidido hacerlo en Madrid (y todos tan contentos, pero resulta que Madrid es un poco más solidaria, o un poco más prudente y decidió no acusar a los demás españoles de robarle). Así que todos los días colaboro, no solo a la grandeza de mi empresa, y a la mía propia, sino también a la grandeza de Cataluña, pero resulta que algunos quieren hacer ver justamente lo contrario, y es que soy yo, y el resto de mis compatriotas, ciudadanos de España, los que les estamos robando a ellos. Y como dije antes, otros ya han hablado de si la balanza fiscal es mentira o de si los españoles compramos productos catalanes, pero nadie ha querido caer en la cuenta de que, no solo la balanza fiscal es mentira, de que no solo exportan al resto de España más que a todos los demás destinos juntos, sino de que, y es lo mas importante, los españoles contribuimos a su riqueza desde fuera de Cataluña con nuestro esfuerzo y nuestro trabajo.
Este ejemplo es aplicable no solo a la empresa donde trabajo, sino a otras muchas esparcidas por toda la geografía nacional, en mi pequeña región, como la planta que tiene Nestlé en La Penilla, o en el resto de Comunidades Autonomas con otros tantos ejemplos.
España no roba a nadie, ni a catalanes, ni a vascos, ni a madrileños, ni a ningún otro. No, no y no.